Las urnas se abrieron a primera hora de la mañana para que se movilizaran 2,7 millones de votantes habilitados. Durante la jornada, Uruguay elegirá el próximo presidente, 30 senadores y 99 diputados.
Aunque la izquierda parece llevar la delantera sobre la coalición de centroderecha liderada por el actual primer mandatario Luis Lacalle Pou, se prevé una segunda vuelta el 24 de noviembre, ya que ningún candidato alcanzaría el 50% de los votos requeridos para ganar en la primera ronda.
Entre los 11 candidatos, todos hombres, el favorito es Yamandú Orsi, del Frente Amplio (centroizquierda). Su principal rival es Álvaro Delgado, del Partido Nacional, quien fue ex secretario de la Presidencia durante el mandato de Lacalle Pou. Más atrás en las encuestas se encuentra Andrés Ojeda, del Partido Colorado, un abogado de 40 años conocido por su estilo poco convencional y su identificación con el enfoque ultra liberal del mandatario libertario Javier Milei.
También se realizarán dos referendos: uno propone reducir la edad de jubilación de 65 a 60 años y eliminar los regímenes privados de pensiones; el otro busca permitir allanamientos nocturnos.
En Uruguay, el voto es secreto y obligatorio y se espera que la Corte Electoral proporcione los primeros resultados el lunes por la tarde.
No se anticipan cambios drásticos en este país de 3,4 millones de habitantes, conocido por su modelo de democracia y estabilidad en la región. En términos económicos, Uruguay presenta niveles de pobreza e inequidad relativamente bajos, en comparación con otros países de América Latina, consignaron medios locales e internacionales.
La campaña se ha centrado en las preocupaciones de los votantes. La creciente inseguridad ha sido una de las principales inquietudes. A pesar de ser uno de los países más seguros de la región, el aumento de homicidios y robos se ha convertido en un tema candente según las encuestas, informó el sitio France24.